MODELO INTERACTIVO Y LA COMPRENSIÓN INFERENCIAL -
CRÍTICA DE TEXTOS NARRATIVOS
MARCO TEÓRICO
PÁRRAFO DE NARRACIÓN Y EXPLICACIÓN
PÁRRAFO DE CAUSA Y EFECTO
PÁRRAFO DE DEFINICIÓN
PÁRRAFO DE CLASIFICACIÓN Y DIVISIÓN
PÁRRAFO DE DESCRIPCIÓN
PÁRRAFO DE COMPARACIÓN Y CONTRASTE
PÁRRAFO DE SECUENCIA O PROCESO
PÁRRAFO DE ARGUMENTACIÓN
PÁRRAFO DE EVALUACIÓN
Antecedentes de la investigación
El primer proyecto que se expone aquí es aquel
publicado por las estudiantes graduadas de la Universidad de la Salle Yeni
Carolina Roa López y Edith Sanabria Parrado, su propuesta lleva el título El
cuento como estrategia didáctica para el mejoramiento de la comprensión
lectora. La investigación se llevó a cabo en grupos de niños de 6 a 7 años del
colegio Chuniza de Bogotá, y se implementó a partir de tres fases: la primera
se enfocó en el diseño y aplicación de una entrevista la cual tuvo como
objetivo documentar información concreta sobre los hábitos de lectura de los
estudiantes y las metodologías aplicadas por los docentes para promover los
mismo, dentro y fuera del aula. La segunda fase entonces se 18 dirigió hacia la
planificación del proyecto a partir de la elaboración de talleres de lectura,
finalmente, la fase tres cierra el proceso con la evaluación y validación de
las estrategias.
De esta manera, el proyecto mencionado toma validez
para la actual investigación ya que no solo se enfoca en dar soluciones a un
problema de lectura, además toma como recurso didáctico el cuento, texto
narrativo que motiva la lectura y permite la comprensión e interpretación
textual. Al mismo tiempo, a partir de la implementación de talleres
potencializa las destrezas, capacidades sociales, cognitivas y académicas de
los estudiantes propiciando un acercamiento entre niños y libros; lo que para
este proyecto se traduce en la interacción entre texto lector.
Por otro lado, un proyecto que llama la atención
sobre estrategias didácticas para la comprensión lectora corresponde a los
estudiantes licenciados de la Universidad de la Salle Yenith Alexandra
Quintero, Cielo Molina Álvarez y Diana Vera Morales, quienes a través de una
propuesta titula Hojas y mariposas: propuesta de un club de lectura como
estrategia didáctica para desarrollar habilidades cognitivas que permitan e
mejoramiento de la comprensión lectora, usan el texto narrativo para guiar y
motivar la lectura comprensiva. Su propuesta implementa la participación en
clubs de lectura los cuales brindan espacios propicios para el dialogo, la
discusión, la reflexión y la interpretación de textos como cuentos, fábulas,
rimas etc.
Lo anterior es fundamental para la actual
investigación en tanto permite dilucidar estrategias innovadoras que motiven a
los estudiantes a leer de forma autónoma y den paso a la creación de hábitos de
lectura que brinde la oportunidad de interactuar con textos que despierten la
creatividad y la imaginación, fortaleciendo a su vez la comprensión lectora
literal e inferencial de los lectores (estudiantes)
Finalmente, se aborda el proyecto La lectura
inferencial: eje de la comprensión. Propuesta de una estrategia didáctica para
su desarrollo, presentado por la estudiante Ruth Silva Chacón, egresada de la
Universidad Pedagógica Nacional. La propuesta tuvo como objetivo evaluar por
medio de talleres y actividades, la incidencia que tiene una propuesta
didáctica soportada en el texto pata fortalecer el nivel inferencial en
estudiantes de grado decimo del Centro Educativo Distrital Gustavo Morales
Morales, siendo éste uno de las habilidades que requiere del desarrollo y
activación de procesos cognitivos tales como la atención, la percepción y la
memoria (Cassany, 2005) para alcanzar una interpretación textual más amplia.
Gracias a la implementación de talleres, el
proyecto aquí mencionado, logró reforzar la comprensión literal pues les
permitió a los estudiantes hacer jerarquías y organizar información para llegar
a una comprensión global, al mismo tiempo fortaleció la lectura inferencial en
la medida que se trabajó ejercicios en donde se generaban hipótesis
predictivas, inferencias y predicciones sobre el texto antes y después de la
lectura del mismo.
Bases teóricas del estudio
En el contexto de la actual investigación fue
necesario establecer y mencionar conceptos y teorías que sustenten las
temáticas abordadas para la solución de las problemáticas evidenciadas en el
proceso lector del curso 405 del colegio Liceo Femenino Mercedes 20 Nariño. De
esta manera, los referentes teóricos que apoyan esta investigación se
encuentran divididos en cuatro categorías las cuales permiten ampliar
significativamente aquellos procesos y elementos adyacentes en la competencia
lectora.
De esta manera, se nombran aquellos autores que
aportan teorías y argumentos importantes para el desarrollo de cada categoría.
En la primera, gracias a los aportes de Isabel Solé Y Daniel Cassany, se define
y explica la manera en que la Lectura parte de unos procesos cognitivos. En la
segunda categoría se menciona el concepto de Lector activo o modelo,
principalmente desde la perspectiva de Umberto Eco con su libro Lector in
Fábula. La siguiente explica el concepto y proceso de la comprensión lectora y
todos aquellos elementos que hacen parte de ella; para lo cual toma relevancia
los aportes D. Cassany, Isabel Solé y Pérez. Finalmente, la cuarta categoría
aborda el concepto de secuencia didáctica como estrategia para fortalecer el
proceso lector en la escuela, tomando así los conceptos y posturas de los
profesores investigadores de la Universidad Pedagógica Nacional, Álvaro W.
Santiago, Myriam C. Castillo y Gerald E. Mateus, al igual que los aportes de
(autor) quien establece una estructura para la secuencia didáctica.
Leer: un proceso de interacción entre el lector y el texto.
Para empezar, es debido entender que la lectura en
principio, es uno de los procesos primordiales en la formación académica de
todo individuo, la cual requiere de distintas estrategias cognitivas que entran
en funcionamiento cuando se inicia el proceso de lectura, y se activan
permitiéndole al lector alcanzar una comprensión a nivel literal, inferencial y
crítico. De igual forma, estudios en pedagogía enfocados a las competencias lingüísticas,
establecen teorías que definen lo que leer implica y explican aquellos
elementos problemáticos que surgen a la hora de promover la competencia
lectora.
Desde lo anterior, autores como Isabel Solé (1992)
definen “Leer” como un proceso que requiere de la interacción entre el lector y
el texto, proceso mediante el cual se logra comprender el lenguaje escrito e
interpretar su contenido. Dicha interacción requiere, en principio, que el
lector se plantee el interrogante ¿para qué leer? Una vez el lector se responde
esta pregunta, establece objetivos para llevar a cabo el proceso,
convirtiéndose en un lector activo aquel que no sólo decodifica, sino también
procesa y examina el contenido; de esta manera le es posible elevar su nivel de
comprensión.
Leer implica entender el significado del texto, no
sólo en relación a lo que el autor quiere decir, sino también en torno a lo que
el lector percibe por sí mismo. Vislumbrar la lectura como un proceso implica
dos niveles: la decodificación de grafemas y su conversión a fonemas desde un
primer nivel de lectura; y la habilidad que tiene el individuo de extraer el
significado, tanto explícito como implícito, del texto escrito (Adams Y
Collins, 1985). El primero implica que el lector ha adquirido un nivel de competencia
lingüística que le permite entender lo que lee pues decodifica el texto en su
totalidad, es decir que procesa los elementos que lo componen (letras,
palabras, frases…) secuencialmente, lo cual lo conduce a una comprensión
básica. Este proceso se le conoce como Modelo de Jerarquías Ascendentes (Bottom
Up). El segundo indica, según Adams y Collins (1985), que el lector alcanza
niveles de comprensión más complejos en la medida que es capaz de comprender el
contenido y significado explícito e implícito del texto, dando lugar a la
comprensión lectora inferencial en donde el lector aplica un Modelo de
Jerarquización Descendente (Top Down) relacionando conocimientos previos y
aplicando recursos cognitivos para inferir información sobre el contenido
textual.
Como se puede apreciar, leer involucra técnicas que
van más allá del mero reconocimiento de letras y sonidos. La lectura implica
procesos mentales comprometidos en el aprendizaje y desarrollo del lenguaje
escrito, en el que distintos factores cognitivos se complementan en función de
la comprensión y el análisis.
Al respecto, Cassany (2005) argumenta que la
lectura es un instrumento primordial en la etapa de alfabetización ya que
gracias a la lectura de textos (narrativos, periodísticos, informativos, argumentativos,
etc.) es posible aprender cualquiera de las disciplinas del saber humano, y
añade que al adquirir el código escrito, múltiples capacidades cognitivas
superiores tales como la reflexión, el espíritu crítico, la conciencia, entre
otras, entran en función y se desarrollan a partir de la interacción con el
texto, así aquellos individuos que se forman como lectores activos desarrollan
eficientemente su pensamiento.
Desde esta perspectiva, se hace posible entender
por qué el acto de leer está sujeto al fracaso o éxito escolar y personal del
individuo. Es evidente que muchas escuelas encuentran un reto difícil el
enseñarle a un niño a ser un lector activo y crítico, esto se debe a las
metodologías y técnicas poco significativas y primitivas que en la escuela aún
tienen validez en torno al proceso enseñanza – aprendizaje del lenguaje
escrito. Solé (1992) apoya la posición de Cassany acerca de la relevancia que
tiene la lectura en el proceso de alfabetización del individuo, más aún en la
educación primaria pues es en esta etapa escolar en donde por primera vez se
trabajan métodos de lectoescritura. El objetivo de la escuela entonces será
formar estudiantes que puedan leer textos adecuados a su edad y formación, de
forma autónoma y activa
Ser un lector modelo implica ser un lector activo.
En el proceso de comprensión, se ponen a prueba
distintas habilidades cognitivas (atención, percepción, memoria, pensamiento)
que llevan al lector a niveles de interpretación generando inferencias, hipótesis
u opiniones sobre el texto. Un lector activo hará uso de tales habilidades
cognitivas para construir ideas nuevas sobre el contenido y significado de la
lectura, para esto deberá realizar un ejercicio individual y preciso, poniendo
atención a los detalles que conforman el contenido textual.
Ahora bien, enfrentarse a un texto supone, en el
contexto escolar, un reto que no muchos estudiantes pueden superar, esto se
debe a la poca interacción que el alumno ha tenido con la lectura. No hay un
acercamiento inicial o éste ha sido desarrollado a través de experiencias 24
negativas dentro o fuera del aula. Esta dificultad podría entenderse desde una
perspectiva más amplia, un texto es un reto en la medida que se distingue de
otro tipo de expresiones debido a su complejidad. El motivo mayor de esa
complejidad es precisamente el hecho que el texto en sí está plagado de
elementos no dichos (Ducrot, 1972), es decir, de información implícita que
necesita ser interpretada por un lector modelo. Umberto Eco (1979) sustenta la
afirmación de Ducrot y añade que, debido a que el texto es una unidad de
detalles, éste le exige al lector la iniciativa interpretativa pues, un texto
se emite para que alguien lo actualice y lo interprete desde lo explícito hasta
lo implícito.
Otros elementos están sujetos al proceso de
lectura, si bien se entiende que el texto escrito supone una decodificación de
aspectos morfológicos, léxicos, sintácticos y gramaticales, no siempre la
comprensión e interpretación del texto está sujeto al código lingüístico. De
hecho, según Eco (1979), el código lingüístico no es suficiente para comprender
un mensaje lingüístico; para decodificar un mensaje verbal el lector necesita
además de la competencia lingüística, una competencia circunstancial diversificada,
en donde se ponga en funcionamiento ciertas presuposiciones. En esta
competencia, se debe tener en cuenta el contexto en el que el texto se
desarrolla, y es así como el lector activo podrá identificar aspectos
circunstanciales que crean el significado contextual del texto. De esta manera
un lector que alcanza aquellos niveles de lectura podrá dilucidar aspectos
semánticos propuestos por el autor en torno a los personajes, lugares o
situaciones de la historia.
Leer es comprender: comprender para llevar el texto más allá de las
palabras.
El proceso de Comprender un texto está ligado a
elementos que sustentan el proceso de la lectura, así, la comprensión lectora
no solo va en concordancia con las habilidades cognitivas del lector, sino
también se sustentará en otros aspectos. Uno de estos elementos es el tipo de
lectura que subyace al lector, desde la perspectiva de Ronald V. White (1983)
se puede observar una primera distinción de tipos de lectura y velocidad lectora,
las cuales permean de alguna manera el nivel de comprensión, según V. White uno
de los tipos de lectura es la denominada lectura silenciosa la cual se divide
en cuatro subcategorías. La primera es la lectura extensiva, que se realiza por
placer o interés lo que depende de los gustos del sujeto en torno a las
temáticas o información del texto. La segunda es la lectura intensiva cuyo
objetivo es la obtención de información de un texto. La tercera es la lectura
rápida y superficial la cual se realiza para obtener información específica
sobre un texto. La última, es la lectura involuntaria, aquella que el lector
sin ningún objetivo o interés aparente realiza, a veces sin darse cuenta (Ej.
Noticias, anuncios, carteles, etc.).
Por otra parte, distintos métodos de lectura, como
el método de lectura rápida o de lectura en diagonal, miden la eficacia lectora
a partir de la velocidad y el nivel de comprensión del lector, así, la
velocidad con la que el lector lea, determinará el tipo de lectura que este
hace del texto; de esta manera se logrará mayor comprensión cuando el lector
lee con poca rapidez. Esto supone una lectura integral en donde el lector
mantiene una velocidad mediana, lo que le permite realizar un proceso más
reflexivo en torno al significado y contenido del texto. Una lectura selectiva
sería lo contrario, mayor rapidez supondría una menor comprensión del texto,
pues aun cuando se lee de manera atenta, ésta irá enfocada solamente a la
búsqueda de información del interés del lector, por lo que sólo se da un
vistazo al texto. Sin embargo, aun cuando lo anterior mencionado hace parte del
proceso de comprensión textual, elementos más amplios distinguen este proceso y
lo llevan a un nivel más profundo.
Con todo lo que se ha mencionado, es posible afirmar
que el proceso de comprensión supone habilidades y estrategias más amplias y
complejas que el lector debe ir aprendiendo y perfeccionando a medida que va
avanzando es su trabajo lector. Al leer, se deben ir creando mentalmente,
esquemas de información y significado que se relacionen unas con otras para
formar un significado global del texto; esto implica también establecer
inferencias en torno a lo que se lee. Las inferencias dan cuenta de la
información propia del lector (conocimiento previo) y son el centro de la
comprensión e interpretación que el individuo tiene de la realidad (León,
2003). Gracias a esta interpretación y conocimiento de la realidad, el lector
puede hacer asociaciones entre la información del texto y lo que él ya conoce
sobre el tema que éste expone, en esta medida se asegura la comprensión en un
nivel más elevado.
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